Domingo de mercadillo

Madrugar es una palabra terrible para mí. Inevitablemente me recuerda al lunes, al martes, a la rutina, al aburrimiento, a sujetarme la cabeza en el bus para no bebear al de al lado, a las horas interminables de prácticas de laboratorio...

...salvo cuando madrugo en Domingo. Ay! entonces me recuerda al Rastro, al bullicio de la gente en los puestos, a las castañas asadas en Noviembre, a los mercaderes vendiendo sus trapos: ¡Bueno, bonito, barato! (bonito quizás, pero ¿bueno?, ¿barato? xD ).

Y entre todos los puestos, algunos perennes domingo tras domingo y otros nuevos cada semana, mi preferido es éste. Tiene un color y un brillo especiales que me atraen. Olor a esencias. Espejos y platería. Tiene luz propia, sin duda.

Buena semana para tod@s